Reflexiones
El Obstáculo en el Camino
Una piedra en el camino... Un obstáculo que resolver... Una lección para aprender...
Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Entonces, se escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda roca.
Algunos de los comerciantes mas adinerados del rey y cortesanos vinieron y simplemente le dieron una vuelta.
Muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.
Entonces un campesino vino, y llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, el campesino puso su carga en el piso y trato de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logró.
Mientras recogía su carga de vegetales, el notó una cartera en el piso, justo donde había estado la roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino.
El campesino aprendió lo que los otros nunca entendieron. Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar la condición de uno.
El consejo de la historia:
¡Mira cada obstáculo como algo que debe ser resuelto!
UN REGALO MUY GRANDE
(Escrito por nuestro amigo Francisco Flores)
Comienza cuando perteneciendo a uno de esos grupos de la iglesia, organizamos un evento en donde debíamos pedir juguetes a la gente para ser regalados a los niños que no tuvieran la posibilidad de recibir regalos. El salón se llenaba de gente para donar, mientras compartíamos chocolate y galletas yo me encargaba de recibir los juguetes y revisar la condición de los mismos y otros cantaban villancicos.
En eso, se me presenta una ancianita de edad avanzada de ropas un poco desgarradas y maltratadas por el tiempo, de olor fétido que reinaba en el salón.
- "Le puedo ayudar en algo" le dije.
- "Vengo a donar esta muñeca"
Viendo la muñeca y siendo el encargado de revisar la calidad de las donaciones, debía notar que la muñeca estaba sucia, le faltaba un ojo y tenía años de deterioro; pero comprendí que debía recibirla al ver su rostro: lleno de entusiasmo por contribuir a esta buena acción. Tomé la muñeca y la coloqué donde estaban los demás regalos, le comenté que podía tomar chocolate caliente y galletas, pero ella salió del salón sin probar alimento alguno.
De inmediato dejé de pensar en lo que había ocurrido gracias a la cantidad de trabajo que tenía.
Días después, el día del evento llegó, la gran multitud de niños ansiosos por recibir regalos hizo que tuviéramos que formarlos uno por uno para que fueran tomando su regalito; el evento fue todo un éxito.
Al término del mismo, noté que sólo quedó la muñeca sobre la mesa de regalos. Sin darle tanta importancia dejé que las cosas pasaran y comenzamos a limpiar y recoger todo.
A la salida, emprendí la caminata por la plaza Morelos para tomar el camión que me llevaría a mi casa, contento por la buena acción que como grupo hicimos.
Al llegar al cruce de Morelos con Juárez que es donde estaba la parada del camión, alguien me habló mientras me fumaba un cigarro.
- "Joven, joven".
Era la viejecita sentada en el piso, atendiendo un puestecito de dulces.
- "¿Se acuerda de mí?"
-"Sí, cómo no; contesté confuso por la pregunta y aún sorprendido de encontrarla en ese lugar.
- "¿Cómo les fué, les gustó mi regalo?" - Me dijo.
En ese momento no me dió tiempo de recapacitar sobre quién era... tenía la misma mirada que aquella noche en que me dió la muñeca.
- "¡Sí, claro! los niños se pelearon por ella, tanto, que tuvimos que sortearla para ver quién se quedaba con ella..." - le respondí.
La anciana me miró con ojos de ternura, como advirtiendo mi falsa respuesta, y con ojos humedecidos, no sé si por sentimiento o por lo frío del viento que esa noche corría en esa esquina, solamente responde:
- "Gracias, muchas gracias".
Ella siguió con su vendimia y yo aborde el camión.
Tratando de no dejar salir mi llanto, jamás la volví a ver.
Creo que ese fué el mejor regalo de aquella Navidad…..