Filosofía
La filosofía busca, a través de la razón, entender el universo, o como dicen algunos, el objeto de estudio de la filosofía son todas las cosas y sus causas.
Etimológicamente, la palabra “filosofía” significa “amor a la sabiduría”, pues proviene de los vocablos griegos filos, que significa amor; y sofos, que significa sabiduría. Pero este amor debe entenderse como un afán por conocer la verdad o esencia que conlleva a mejorar nuestros actos y condiciones materiales y espirituales, además de eliminar percepciones falsas y vivir en función de lo que las cosas realmente son. Por ello podemos definir a la Filosofía como un saber profundo de la vida y la realidad.
La filosofía puede ser considerada como:
• Ontológica: Cuestiona sobre el ser de los entes. Sus preguntas fundamentales son: ¿Por qué existe el ser y no la nada?, ¿Por qué soy lo que soy y no otra cosa?, ¿Quién ha determinado mi ser?, ¿bajo qué causas?
• Gnoseológica: Cuestiona sobre nuestras posibilidades de conocimiento. Sus preguntas fundamentales son: ¿puedo conocer lo que no es?, ¿todo lo puede ser conocido?, ¿todo es verdadero?, ¿Por qué el error y la falsedad?
• Axiológica: Se pregunta por el deber ser, sobre el valor de verdad, el valor del comportamiento moral, religioso o político. Por ejemplo: ¿es correcto hablar de más o callar cuando poseo información que puede perjudicar a los demás?
Al igual que la religión, la filosofía se centra en las cuestiones últimas de la existencia humana. En cambio, a diferencia de la religión, no se basa en una revelación divina o en la fe, sino que lo hace en la razón. De esta forma, la filosofía puede ser definida como el análisis racional del sentido de la existencia humana, tanto individual como colectiva, fundado en la comprensión del ser. Pese a ciertas semejanzas con la ciencia, la filosofía se distancia de ésta ya que muchas de sus preguntas no pueden ser respondidas mediante el empirismo experimental.
En la Antigua Grecia es donde ya por primera vez surgió la citada filosofía. Concretamente la misma apareció a principios del siglo VI a.C en la parte de Jonia, que se encuentra situada en Asia. Un momento y un lugar que, sin duda alguna, marcaron a esta rama del saber pues allí tuvieron lugar algunos acontecimientos fundamentales en la misma.
En concreto, entre esos puntos cúlmenes que hay que subrayar que nos encontraríamos con el establecimiento de cuatro periodos como serían la filosofía presocrática, los sofistas, la ática y la post-aristotélica.
Etapas todas ellas donde tomarán protagonismo grandes pensadores que actualmente siguen estudiándose y que se han convertido en pilares básicos de la historia de la filosofía. Este sería, por ejemplo, el caso de Platón, quien fue seguidor de Sócrates y destacó por realizar numerosas obras donde hizo especial hincapié en lo que es la teoría de las ideas y de las formas.
En concreto lo que determinó con aquella es que cada idea es inmutable y única y que los seres de lo que es el mundo sensible se caracterizan por ser imperfectos y deficientes. Cuestiones todas ellas que adquirieron gran valor entre la filosofía como también lo hizo su conocido mito de la caverna donde analiza en profundidad la diferencia entre realidad y conocimiento.
Además de este pensador también es fundamental en el seno de esta rama que nos ocupa Aristóteles, quien fuera discípulo del anterior. Una figura que está considerada, entre otras cosas, el padre de la Lógica.
La filosofía puede dividirse en diversas ramas. La filosofía del ser, por ejemplo, abarca a la metafísica, la ontología y la cosmología, entre otras disciplinas. La filosofía del conocimiento incluye a la lógica y la epistemología, mientras que la filosofía del obrar se relaciona con cuestiones como la ética.